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La terapia Gerson

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Las enfermedades incurables NO existen. Grabemos esto a fuego en nuestra mente. Eso intento yo, que me dan ganas de tirarme al suelo y patalear cuando escucho decir al oncólogo que «lo que tenemos que hacer es tratar de cronificar la enfermedad» Cada una de las palabras contenidas en esa sentencia me rechinan igual que si pasara la uña por una pizarra.

Afortunadamente hay muchos otros médicos que no temen tanto la palabra «curación». También los hay, que pese a ser tachados de locos o charlatanes, han acompañado a muchos pacientes en su camino hacia la sanación. Los hay, que incluso, han entregado su vida a hacer pública una terapia accesible, positiva y barata.

Hoy quiero escribir sobre alguien así.

Max Gerson

Max Gerson

Max Gerson nació en Wongrowitz (Alemania) el 18 de octubre de 1881. Se licenció y ejerció la medicina. Desde la Universidad sufría migrañas muy fuertes, y a causa de ellas se quedaba postrado en la cama durante días. Pasó años buscando soluciones sin ningún éxito en la medicina convencional, los médicos le decían que «las migrañas eran una patología crónica, y que tenía que aprender a convivir con ello». Afortunadamente empezó a investigar. Tras múltiples lecturas, en una revista médica italiana encontró un informe de un caso sobre una mujer que había padecido migrañas y que encontró alivio modificando su dieta. No se aportaban detalles, pero para Gerson la idea tenía sentido.

Tras experimentar sobre él mismo dietas en las que ingería durante días un único alimento y comprobar sus efectos, llegó a la conclusión de que lo fundamental era eliminar todos los alimentos procesados y que contuvieran sal refinada, lácteos, grasa y azúcar, así como también todo tipo de carne. Y los reemplazó por frutas y verduras. Consiguió no volver a tener migrañas.

Tras su éxito personal, empezó a recomendar dicha dieta a pacientes que padecían el mismo mal. Uno de ellos, le relató que además de dejar atrás sus dolores de cabeza y  náuseas, se había curado completamente de lupus vulgaris. Otros pacientes aquejados de este diagnóstico siguieron la dieta y se curaron. Animado por el profesor Ferdinand Sauerbruch, realizó un estudio en el que, 460 personas con tuberculosis siguieron su terapia: 456 de ellas se sanaron completamente.

En 1928, diez años después de abrir su propia consulta en Bielefeld, el doctor Gerson trató a tres enfermos desahuciados que padecían cáncer. Los tres se recuperaron.

En 1933, escapando de su captura y encarcelamiento en un campo de concentración nazi (era judío), se desplazó con su familia a Viena (Austria), donde acabó de redactar su libro sobre la tuberculosis. En 1938 pudo emigrar con su familia a la ciudad de Nueva York, y abrió una consulta médica en Park Avenue. Siguió desarrollando su terapia en pacientes con cáncer. Trató a cientos de pacientes desahuciados que habían sido sometidos a intervenciones quirúrgicas y a radioterapia (la quimioterapia todavía no se había inventado, pero espera unos párrafos y verás). Tras estos años de estudio e investigación, consiguió una tasa muy alta de curación, incluso en casos muy graves. El congreso de los Estados Unidos aprobó ayudas para sus investigaciones y hubo una audiencia pública en la que participaron todos los medios de comunicación, testificaron varios pacientes curados de cáncer que siguieron la Terapia Gerson, y la radio nacional llegó a anunciar que “La cura del cáncer había sido descubierta”.

Situémonos antes de proseguir: Años cuarenta, Gerson, médico alemán, parece encontrar una cura a diversas enfermedades, incluída el cáncer, a través una dieta estricta de frutas y verduras ecológicas y que prescinde de las técnicas médicas convencionales. Años cuarenta: se inventa la quimioterapia (algo había que hacer con agentes activos de las armas químicas que se habían utilizado en la Segunda Guerra Mundial y decidieron aplicarlo a la medicina, siendo la primera quimio a base de ese agente químico de uso militar, llamado gas mostaza – perdón, me he puesto frívola -) Años cuarenta: Inicio de la Revolución Verde, que aunque este título suena muy bonito consistió en el aumento de la producción agraria gracias a la aplicación de grandes cantidades de agua, fertilizantes, pesticidas y plaguicidas. ¡Viva la química!

Años cuarenta: La industria del tabaco era la principal fuente de ingresos para las asociaciones médicas. La que más pagaba era Philip Morris, por anuncios publicitarios en la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos. El editor de esta revista era  Morris Fishbein.

Gerson empezó a dar conferencias contra el tabaquismo. ¡¡Estaba loco!! ¡Cómo se le podía ocurrir decir que el tabaco, ese producto tan bueno publicitado por médicos de la época era malo! ¡Cómo podía mentar que los pesticidas y herbicidas que iban a erradicar el hambre en el mundo eran perniciosos!

Tras la demostración de 1946 ante el comité del Senado de EE.UU, Gerson, como iba diciendo, recibió la atención de medios de comunicación nacionales a favor suyo, pero el Journal of the American Medical Association (JAMA), a cargo del editor Morris Fishbein le criticaron duramente (qué raro…)

En 1946 la cadena ABC difundió que Gerson había encontrado la cura contra el cáncer por primera vez en la historia. El periodista Raymond Gram Swing de radio ABC, que difundió  la noticia fue despedido a las dos semanas (llevaba 30 años trabajando en la emisora).

En los Estados Unidos muy pocas revistas médicas le publicaron algo y su último artículo en dicho país fue en 1949 titulado Efectos de la combinación de un régimen dietario en pacientes con tumores malignos (en Experimental Medicine and Surgery, Nueva York, 7: 299-317, Nov., 1949).

Cinco años después le dan una oportunidad en Alemania donde publica en 1954 No hay Cáncer en un metabolismo normal (en Medizinische Klinik, Munich, No. 5, page 175-179).

Así que, Gerson, como tantos otros a lo largo de los años, pasó de ser un genio a un hereje.  En enero de 1957,  fue entrevistado por radio WOR de Nueva York, y reveló que estaba expuesto a una censura y acoso total por parte de las asociaciones médicas y que estaba recibiendo amenazas.

Cuando estaba terminando de escribir su libro A Cancer Therapy (Una terapia para el cáncer), Gerson cayó inexplicablemente enfermo y se curó con su propio método. Cuando fue a buscar su manuscrito para editar el libro con sus experiencias, había desaparecido, así que se puso manos a la obra y volvió a escribir de nuevo el libro. Tardó un año en hacerlo y al terminarlo, entonces volvió a enfermar inexplicablemente.

Financió la publicación de su propio bolsillo y la obra vió la luz en 1958, con el título A Cancer Therapy- Results of Fifty Cases (Una terapia para el cáncer- Resultados de cincuenta casos), donde detalla todas sus investigaciones, tratamientos, descubrimientos y teorías.

Tras la publicación y pese a aplicar sobre si mismo su terapia, Gerson se encontraba cada vez peor, así que decidió realizarse una analítica poco antes de morir. Su sangre contenía altos niveles de arsénico. Gerson murió envenenado en 1959.

Que se cargaran a Max Gerson me parece espeluznante, al mismo tiempo que predecible… ¡¡uff!!

Su hija Charlotee, continúa su labor (por cierto, tiene 90 años y se la ve taaan vital) Puedes leer su libro: La terapia Gerson: el programa nutricional definitivo para salvar vidas – Editorial Obelisco.

Charlotte Gerson

Charlottee Gerson

¿En qué consiste la terapia?

Se basa en recuperar la capacidad del cuerpo para autosanarse. Para ello efectúa una desintoxicación intensiva del cuerpo por medio de una alimentación ecológica y vegetariana que elimina los desechos, regenera el hígado, reactiva el sistema inmunitario y reestablece tanto las defensas esenciales como los sistemas enzimáticos.

¿Cómo?

– Consumiendo 13 vasos al día de zumos recién hechos de frutas y verduras y bebidos en un plazo máximo de 15 minutos después de su preparación. Los zumos tienen un poder desintoxicante mayor que la fruta y verdura entera y funcionan de manera más rápida y efectiva.

– Realizando tres comidas (vegetarianas) completas: con frutas y verduras ecológicas y cereales integrales. Una comida típica incluye ensalada, verdura hervida o al horno, sopa de verduras y zumo.

– Llevando a cabo una técnica de lavados intestinales conocida también como enemas de café. De acuerdo a sus investigaciones, el café estimula el hígado, abre los canales biliares y desecha las toxinas acumuladas, estimulando además la producción del sistema enzimático.

– No usando sal refinada, aceites o cualquier alimento procesado en la preparación de la comida y tampoco utensilios de aluminio.

– También incluye suplementos (como potasio, vitamina B-12, aceite de lino o linaza, etc)

Curaciones con la Terapia Gerson:

Además de los 50 casos explicados por el propio Max Gerson en el libro que publicó antes de morir, hay varios testimonios en forma de videos, libros y artículos, cito algunos de ellos:

En 1992, en la facultad de Medicina de Fukushima, Japón, el profesor de medicina Yoshihiko Hoshino (médico y doctor en medicina) supo que había desarrollado un cáncer de colon. Durante el transcurso de la intervención quirúrgica para eliminar el tumor, su cirujano oncólogo vio que el cáncer del doctor Hoshino ya se había metastatizado al hígado. Mientras estaba en la unidad de cuidados postoperatorios, el cirujano oncólogo, que era su amigo personal y antiguo compañero de clase, le recomendó que se sometiera a múltiples sesiones de quimioterapia. Hoshino rehusó la quimioterapia  y siguió por su cuenta la terapia Gerson. Años más tarde, Charlotte Gerson recibió esta carta de Hoshino:

Como sabe, padecí un cáncer de colon y cáncer de hígado metastático en 1992 y me recuperé mediante la terapia Gerson. He escrito un libro presentando la terapia Gerson a los usuarios de los servicios médicos de Japón. Mi libro se publicó en agosto de 1998 y es el primero sobre la terapia Gerson escrito en Japón por un médico. Ha supuesto una gran sensación entre los japoneses, ya que gracias al programa Gerson, doce pacientes más afectados por el cáncer se curaron. Mi libro no sólo habla de mi recuperación, sino que también incluye las historias de doce japoneses que ya no están afectados por esta enfermedad.

En 2004, el príncipe de Gales hizo la siguiente declaración en una conferencia para profesionales de la salud: “Yo sé de una paciente que se dirigió a la Terapia Gerson después de que le dijeran que tenía cáncer terminal y que no sobreviviría a la quimioterapia. Felizmente, 7 años más tarde, ella sigue viva y sana. Por lo tanto, es vital, en vez de despreciar estas experiencias, investigar los beneficios de estos tratamientos.”

Michael Gearin-Tosh, profesor de inglés en Oxford, escribió el libro “Living Proof: a medical mutiny” (Prueba viviente: un motín médico) sobre su experiencia con la Terapia Gerson. Gearin – Tosh fue diagnosticado de mieloma – cáncer de la médula ósea-  y los médicos «le dieron» 1 año de vida, tras mirar las estadísticas constató que la quimioterapia funcionaba en tan solo un 4% de los pacientes con el mismo tipo de cáncer que el suyo. Investigó varias terapias alternativas y se trató con la Terapia Gerson. Murió en 2005, 11 años después de su diagnóstico, – No un año – y NO a causa de cáncer, si no de una infección sanguínea según varias fuentes.

Beata Bishop, fue diagnosticada de melanoma en 1981. Le dijeron que era incurable, que moriría. Continúa su vida, trabaja como psicoterapéuta holística y escritora promoviendo la salud y la auto-curación integrativa a través de la nutrición (recuerda, ya lo dije en otro post: nutrirse es alimentarse de lo que comemos, respiramos y sentimos):

“Durante años, la profesión médica ortodoxa ha ignorado totalmente el inmenso potencial de la terapia nutricional. Finalmente han admitido que si comemos el alimento adecuado podemos prevenir una enfermedad grave, pero aún así dicen que si enfermamos, ya no pueden hacer nada. Yo no soy la única que ha sobrevivido con la Terapia Gerson, hay muchos otros como yo.”

Puedes comprar uno de sus libros – en inglés – aquí.

A Alan Furmanski le diagnosticaron un cáncer terminal con 27 años. Durante 750 días siguió la Terapia Gerson a rajatabla. Según relata él mismo, ingería los 13 zumos diarios que pauta esta dieta. Se hacía sus enemas de café y seguía una dieta completamente vegana. Después de dos años alcanzó una remisión completa. Han pasado siete años tras aquel pronóstico de muerte, y continúa libre de cáncer. Alan experimentó su propia revolución y ahora dedica gran parte de su tiempo a promover un estilo de vida sano por medio de publicaciones, conferencias y otros eventos.

Podéis ver una entrevista que le hicieron en un canal de televisión colombiano aqui.  También podéis leer una de las muchas entrevistas que circulan por la red, aqui. Tiene varios libros publicados: «101 alimentos que curan», «Terapia Gerson: cura del cáncer», «Jugos que curan» y «Cómo vencí el cáncer».

Evita Ramparte

Evita Ramparte

Otro caso es el de Evita Ramparte. Le diagnosticaron un cáncer de ovario avanzado. Decidió no someterse a los tratamientos convencionales. Regresó a su casa, cambió radicalmente su vida: su vida alimentaria (optó por la terapia Gerson) su vida sedentaria (comenzó a realizar ejercicio – yoga, tai-chi, etc – ) y su vida familiar y emocional (se divorció y se enfocó en su autocuidado) No solo está libre de cáncer, aparece en este vídeo libre de miedos, luminosa y feliz. Sus ovarios, esos que el cirujano le propuso extirpar para erradicar el cáncer, produjeron tras su sanación un maravilloso óvulo que fue fecundado. En 2009 tuvo a su bebé. El vídeo está en inglés, si no entiendes el idioma no importa, te invito a que te dejes inundar por la felicidad de sus enormes ojos azules. En la red puedes encontrar más información sobre ella, la mayoría en inglés.

Aquí tienes muchos más testimonios esperanzadores.

Yo creo que la Terapia Gerson, como cualquier otra, no es ninguna panacea, aunque puede ser una inmensa ayuda. Si te fijas, en todos los casos, tanto Alan como Evita, tanto Michael como Beata, realizaron cambios vitales muy importantes. Tomaron las riendas de sus vidas, se responsabilizaron de su diagnóstico y tratamiento y decidieron vencer el miedo al pronóstico.

Mi madre combina parte de esta terapia con otros tratamientos. Para cualquiera de ellos creo que es fundamental la supervisión o el acompañamiento de un médico holístico que nos ayude a integrar lo que necesitamos en este proceso.

Para finalizar esta entrada te dejo la película que versa sobre un viaje… y sobre esta terapia, titulada The Beautuful Truth (La hermosa verdad) con subtítulos en castellano. Espero que la disfrutes.

Te dejo también la web – en inglés – del Instituto Gerson.

NOTA: La semana pasada sucedió algo que me provocó mucha alegría: me dieron mis notas de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas. Además de aprobar, saqué buenas notas. Me emocionó el entusiasmo de mi madre al otro lado del teléfono «con el año tan duro que has tenido y has aprobado los exámenes, hija. Estoy tan contenta por tí». Casi me pongo a llorar en los pasillos de la Escuela. Parece una banalidad, pero sin estos cinco cursos de estudio no hubiera podido escribir esta entrada, en la que mis fuentes han sido casi todas en inglés. Y sin el ánimo de mi madre, tampoco.

Te quiero mamá. Espero que este artículo también te guste.

Consumir alimentos ecológicos.

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«Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a nuestros hijos: la Tierra es nuestra Madre. Lo que afecte a la Tierra, afectará también a los hijos de la Tierra. Si el hombre escupe al suelo, se está escupiendo a sí mismo. Nosotros sabemos esto: la Tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la Tierra. Todas las cosas están conectadas como la sangre que une a una familia. El hombre no creó el tejido de la vida, sino que simplemente es una fibra de él. Lo que hagáis a ese tejido, os lo hacéis a vosotros mismos.»
(Noah Sealth, 1854)

Esta entrada va por ti, Bárbara. Espero que te sea útil.

Yo creo firmemente que todas las cosas están conectadas, y por ende, que es difícil permanecer sano si seguimos creando un planeta enfermo. Entre otras cosas, muchos pesticidas y herbicidas son, literalmente, mortales. Hace años que tanto mi madre como yo empezamos a introducir alimentos ecológicos en nuestra dieta. Desde el diagnóstico ambas lo llevamos mucho más a rajatabla.

Seguir una pauta ecológica es un enorme cambio, que por supuesto va mucho más allá de las frutas, hortalizas y demás alimentos de consumo. Por poner un ejemplo yo utilizaba mucho la lejía – Capón imaginario a mi «yo del pasado» – . Ahora he puesto en práctica las virtudes desinfectantes del limón, el bicarbonato y el vinagre, y también he cambiado los productos que utilizo en mi aseo personal.

Es un tema muy extenso, así que hoy me voy a centrar en los alimentos, por tí Bárbara, por Miguel, y por todos mis amigos que están tratando de llevar a cabo otro tipo de dieta.

El primer paso para un cuidado de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro entorno pasa por desechar de nuestra compra habitual ciertos productos, en beneficio de la utilización de otros, preferiblemente orgánicos.(Ecológicos, biológicos, bio, u orgánicos son palabras sinónimas para definir aquellos productos naturales obtenidos sin la utilización de productos químicos)

Algunas veces, escucho decir: «Es que lo ecológico es mucho más caro». Aún así encontré  este artículo que reza «El consumo de productos ecológicos aumenta un 7% en España, a pesar de la crisis». Lo primero que quiero hacer es romper el mito: Depende de lo que quieras comer; una fruta o verdura – por ejemplo – puede tener un precio similar en una tienda ecológica que en otra que no lo es. Y aún comprándola a un precio más caro, mi cesta de la compra viene a costarme más o menos lo mismo. ¿Cómo? Pues porque hay cosas que ya no compro – algunas no sin cierto esfuerzo – y que engrosaban la factura anterior: chocolates, bollería, galletas, carne, lácteos… Ahora si quiero un bizcocho me lo hago en casa. ¡También he aprendido a hacer pan! Los fines de semana se han convertido, para mi, en un gozo culinario y sano exento de pesticidas y herbicidas.

Los pesticidas y herbicidas.

Los pesticidas y herbicidas incluyen una gran variedad de compuestos químicos usados para controlar y eliminar malas hierbas y parásitos en zonas agrícolas, campos y cultivos, así como en bosques, pastos, parques, campos deportivos y de golf, piscinas, lagos y jardines, y también para control de parásitos en productos tales como maderas enchapadas anti-termitas, y también en hogares, edificios de apartamentos, colegios y negocios. Algunas clases de pesticidas y de herbicidas son:

  • pesticidas órganoclorados: DDT, DDE, Chlordane, Heptachlor, Dieldrin, Methoxane
  • pesticidas órganofosforados: Diazinon, chlorpyrifos
  • herbicidas atrazinádeos: Atrazine, simazine, cyanazine
  • herbicidas clorofenoxilos: 2, 4-D, 2,4, 5-T, Agente Naranja

Las consecuencias de estas sustancias para nuestro organismo son demoledoras. En la web «Riesgos ambientales y cáncer de mama» se afirma que «muchos pesticidas y herbicidas son xenoestrógenos, un tipo de químicos que imitan las acciones de estrógenos naturales. Además, los pesticidas órganoclorados alteran la proporción de los diversos metabolitos del estrógeno o sus subproductos presentes en el cuerpo. El resultado es una producción elevada de la clase de estrógenos que activan el crecimiento de las células mamarias, el aumento de la síntesis no programada del ADN, y la expresión de ciertos genes. Además, hay una pequeña disminución de la concentración de la clase de metabolitos del estrógeno que se han demostrado inhiben el crecimiento de las células mamarias [Bradlow et al., 1995]. Juntos, estos cambios pueden aumentar la probabilidad del cáncer de mama» Esta web aporta evidencias y sugerencias que puedes leer aquí.

David Servan – Schereiber describe en su libro Anti-cáncer que «La Atrazina es un pesticida cuyos beneficios económicos son tan suculentos que durante mucho tiempo fue considerado un riesgo ‘aceptable’ para el medio ambiente y para el hombre. Pero la Atrazina es también un xenoestrógeno tan potente que es capaz de cambiar el sexo de los peces de los ríos que acaba contaminando. No fue hasta 2003 cuando se prohibió finalmente el uso de la Atrazina en Francia y en 2006 en la Unión Europea. LLevaba más de 40 años, desde 1962, utilizándose en Europa a gran escala. Un número considerable de tumores cerebrales son sensibles a los xenoestrógenos «

Si buscas en internet puedes encontrar muchísima información al respecto. Yo me centro en hablar de cáncer, pero muchos problemas de piel, de estómago, o ginecológicos pueden deberse a una intoxicación de estos químicos nocivos.

¿Si esos productos son tan terribles y nocivos por qué se utilizan? Pues porque tu vida o la mía vale menos para ciertas empresas que todos los beneficios que se embolsan gracias a su utilización. En relación con esto te recomiendo el capítulo del programa de mi admirado Jordi Évole, titulado ¿Qué comemos? Y si te quedas con ganas de más, de paso puedes ver el de Sobremedicados.

Afortunadamente, los productos orgánicos no incorporan estas sustancias o residuos que puedan ser perjudiciales para la salud humana y que además merman su capacidad nutritiva.

Las etiquetas de garantía ecológica.

En la actualidad un montón de cooperativas se han apuntado al carro de «cajas de fruta y verdura fresca a domicilio». Bárbara me hizo llegar un link para que le diera mi opinión. Una caja de 8 kg de fruta y verdura por unos 30 euros. ¡¡Y no eran ecológicas!! La bonita presentación de vegetales y hortalizas y que nos hablen de la omisión de intermediarios no implica que el producto que venden sea más sano.

Y aunque bien es cierto, que hay muchos pequeños agricultores que trabajan su huerto de manera bio, el único modo que tenemos de cerciorarnos de esa garantía es cultivarlo nosotros mismos… o bien conformarnos con la confianza del etiquetado.

Hay etiquetas que señalan que el producto es ecológico en los diferentes sectores. Me voy a centrar en el etiquetado alimentario.

En el ámbito agrario es necesario que se cumpla lo siguiente:

  • Rotación de cultivos como prerrequisito para el uso eficiente de los recursos in situ.
  • Límites muy estrictos en el uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos, antibióticos para ganado, aditivos y coadyuvantes en alimentos, y otros insumos, así como de condimentos artificiales y colorantes
  • Prohibición del uso de organismos modificados genéticamente.
  • Aprovechamiento de los recursos in situ, tales como el estiércol para la fertilización o alimentos para el ganado producidos en la propia granja.
  • Selección de especies vegetales y animales resistentes a enfermedades y adaptadas a las condiciones locales.
  • Cría de ganado en zonas al aire libre y espacios abiertos y alimentación ecológica.

Etiqueta ecológica UE.La producción y venta de productos ecológicos en la Unión Europea con logotipo y etiquetas requiere un estricto proceso que ha de cumplirse en su totalidad: Los agricultores convencionales tienen que pasar en primer lugar por un periodo de conversión de dos años como mínimo para comenzar a producir alimentos que puedan comercializarse como ecológicos. Si los agricultores desean simultanear ambos métodos de producción, convencional y ecológica, tienen que separar claramente ambas actividades. Los operadores que superen con éxito las inspecciones obtendrán la certificación ecológica y podrán etiquetar de este modo sus productos.

Concretamente en nuestro país, en cada Comunidad Autónoma existe un comité regulador que otorga y controla los productos certificados. El distintivo es similar en todas las autonomías para facilitar su identificación por el consumidor. Entre las principales garantías que certifica se encuentra la no utilización de fertilizantes o plaguicidas de síntesis, y en el caso de la ganadería se restringe el uso de medicamentos.

comunidades

¿Todo ecológico?

La asociación ecologista The Environmental Working Group elabora periódicamente dos listas con las frutas y verduras que contienen la mayor y menor cantidad de pesticidas en EE.UU. Las doce que más productos tóxicos contienen son: el melocotón, la manzana, el pimiento, el apio, la nectarina, la fresa, las cerezas, la lechuga, la uva, la pera, la espinaca y las patatas.

El grupo de los 15 más ‘limpios’ está formado por: Cebolla, maíz, piña, aguacate, espárrago, berza, mango, berenjena, melón, kiwi, sandía, batata, pomelo, setas y guisantes

Desafortunadamente no he encontrado estudios similares realizados en España.

Si son frescos, locales y de temporada, mejor.

Ya comenté en otra entrada que escudriñando etiquetados mi madre y yo encontramos azúcar en muchos productos envasados y ecológicos como guisantes, alcachofas, espárragos; esto ha sido definitivo para preferir los alimentos frescos, que además conservan mejor sus propiedades nutritivas. De igual manera un alimento preserva dichas propiedades mucho mejor si su procedencia es cercana y además es de temporada. Comer fresas todo el año no tiene sentido. Si es un producto de temporada y local es más probable que se haya respetado su proceso de maduración y crecimiento óptimo conforme a las leyes y ritmo de la naturaleza.

Para que una fruta o verdura soporte las condiciones de transporte, tienen que ser sometidas muchas veces a diversos tipos de tratamiento. ¿Sabes qué hacen a veces? los radian, o los bañan en soluciones específicas. ¿No te preguntas por qué brillan tanto algunos limones? Los enceran… Y aunque la agricultura orgánica se cuida de estos aspectos, cuando voy a mi tienda ecológica habitual puedo escoger entre productos españoles o traidos de otras partes de Europa. Yo trato de comprar siempre los primeros.

Espero que toda esta información te haya sido útil. Mi madre está mirando cursos relacionados con este tema para apuntarse y aprender más. Asi que quien sabe, quizá contagiada por su saber retome este tema en otro momento.

Gracias por leer este blog. ¡Buen fin de semana!

ACTUALIZACIÓN: Añado dos interesantes enlaces que ha aportado Javier Herráez en los comentarios:

Fuentes: